Las balas salían del Casino Monterrey
Por José López
Monterrey, 29 de Julio de 1936.
Cuatro
trabajadores no sobreviven a la lluvia de balas que tiene su origen en el
Casino Monterrey. En la gran casona blanca se reúne la Acción Cívica
Nacionalista (ACN), organización empresarial que tiene como objetivo principal
enfrentar al cardenismo, liquidar al comunismo y desafiar toda organización
proletaria que no esté bajo el yugo patronal. Años más tarde estos empresarios
fundaron el Partido Acción Nacional.
Ese día
miles de trabajadores celebraban un mitin en la Plaza Zaragoza en solidaridad
con los republicanos españoles que libraban una feroz guerra civil contra los
fascistas encabezados por el general Francisco Franco*.
Durante el
acto son provocados por un grupo de jóvenes anticomunistas que luego son
perseguidos por varios trabajadores. En la huida los provocadores se enfilaron
hacia el Casino Monterrey. Treinta de los que les seguían terminaron heridos de bala, de los cuales cuatro perdieron la vida.
Momentos
después llegaron ambulancias y policías quienes arrestan a 525 personas, entre
empresarios y empleados de éstos. En realidad es una maniobra para salvarlos de
la turba proletaria dispuesta a lincharlos. Entre los detenidos están
Roberto Garza Sada, Joel Rocha, Ricardo Sada y Virgilio Garza.
Luego son
llevados al campo militar a cargo del general Juan Andrew Almazán para después
ser liberados con fianzas que van desde 100 hasta 5 mil pesos. La investigación
de los sucesos estuvo a cargo del personal militar determinando que se
encontraron 9 pistolas viejas y oxidadas sin dispararse en años. Así las lujosas
pistolas de los empresarios fueron sustituidas por algunas armas inservibles.
Tres años más tarde un sector del panismo apoya al general Juan Almazán como
candidato a la presidencia de México.
La masacre
del 29 de julio es la expresión más sangrienta en la pugna entre el presidente
Lázaro Cárdenas y los capitalistas regiomontanos por el control de las
organizaciones obreras. Meses antes de la tragedia, los trabajadores de
Vidriera Monterrey declararon la huelga por la titularidad del contrato
colectivo que estaba en manos del sindicato blanco, es decir, en manos de la
patronal, y por mejores salarios. El movimiento de huelga contó con el apoyo del
presidente, lo que provocó la furia del empresariado.
Con el
tiempo el cardenismo profundizó el corporativismo iniciado por Plutarco Elías
Calles que, aunque sí dotaba de respaldo institucional a las demandas obreras,
convirtió a los líderes sindicales en “charros”, es decir agentes corruptos y
traidores a los trabajadores. Este año Cárdenas consolida el
movimiento obrero con la creación de la Confederación de Trabajadores de
México.
A final de
cuentas el corporativismo ha asegurado hasta hoy el mantenimiento de los
privilegios de la burguesía. Pero en 1936 los empresarios estaban
decididos a no tolerar la afrenta del presidente y hasta hay quien asegura que
los Garza Sada ordenaron un cargamento de armas a Estados Unidos para armar una
revuelta contra Cárdenas.
*Muchos
empresarios regiomontanos apoyaban el fascismo, una ideología y movimiento
político de derecha, opuesto a la democracia, de carácter totalitario,
represivo e intolerante. Ese año los militares fascistas se levantaron en armas
contra el gobierno popular que sacó la victoria en las elecciones de España, lo
que provocó que millones de obreros organizados en sindicatos salieran a
defender las ciudades, entre los que destaca la anarcosindicalista
Confederación Nacional del Trabajo. Al ganar la guerra, el fascismo instauró
una dictadura militar que esparció el terror y la sangre por todo el país
ibérico.
Fuente
consultada: “La masacre empresarial de 1936 v.s obreros rojos”, de Raymundo
Hernández Alvarado, publicada en el periódico El Regio, los días 1, 2, 3 y 4 de
abril del 2009.
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