El “nuevo Nuevo León” y el pésimo transporte público

 

Por José López F.

El “nuevo Nuevo León” no ha llegado a las familias de clase trabajadora.  El discurso del gobernador Samuel García está muy lejos de la realidad que viven millones de obreros, meseros, empleadas, estudiantes, albañiles, trabajadoras del hogar y todas aquellas personas que no cuentan con un automóvil para acudir a sus actividades.

 El transporte público sigue en pésimas condiciones; la mayoría son chatarras andantes y sin aire acondicionado; y peor: en una ciudad que en verano sobrepasa los cuarenta grados centígrados.

Cada mañana salen de sus casas y se dirigen a las paradas de los camiones donde tienen que esperar media hora o más para tomar una unidad, y ya cuando lo logran se enfrentan al calor terrible que se genera no sólo por el sol que ya entra por la ventana sino por el amontonamiento de gente.  Ya para cuando estas millones de personas llegan a sus actividades laborales o de estudio llegan cansadas, sudadas, estresadas y eso que apenas va empezando su día.

Y cómo va a conocer este gobernador la realidad de la mayoría de la gente si toda su vida ha estado rodeada de lujos en la burbuja que representa San Pedro Garza García, el municipio donde vive la gente más rica de toda América Latina. En una ocasión mencionó que Valle Oriente representaba la esencia de Nuevo León. Quizá debería darse una vuelta por las orillas de la ciudad, por Juárez, por García, por Ciénega de Flores o de Zuazua. Pero no.  Lejos de la realidad esta su discurso así como lejos están sus viajes por el mundo, dizque promoviendo la ciudad. Su condición de clase burguesa no le permite ver más allá de sus IPhone.

Compleja es la vida en la ciudad, como difícil su comprensión. La imagen que el regio ha ido creando de sí mismo, pareciera toda una pantomima, pues pareciera que no encaja mucho en lo que quiere hacer ver hacia afuera. Monterrey, una ciudad de progreso, de desarrollo, que da oportunidades de crecer, tiene algo cierto. Por un lado según las estadísticas hay dos automóviles por casa, y las avenidas no se dan abasto de tantos automóviles y por otro lado el transporte público está terrible. ¿Cómo se explica esto? ¿Cómo lo percibe la gente? En una colonia popular puedes apreciar familias con hasta tres carros y al mismo tiempo sus vecinos no cuenta con ninguno. La realidad la ve muy diferente alguien que ya cuenta con carro frente al que anda en camión o en Metro. A pesar de ser de la misma clase social, ya hay factores diferenciados. Al no ser homogéneas sus condiciones la clase trabajadora no comparten las mismas preocupaciones.

Monterrey es una ciudad donde el proletariado puede mejorar sus condiciones de vida, sí, pero en el espectro individual no en lo colectivo. En la colectividad, lo público, en los servicios públicos, en las áreas comunes, en lo social, ahí se vuelve a segundo plano. Para el regio eso queda a segundo término.

 

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