El ego como principal consumidor

 

Por Jose Lo. 

El modelo económico del capitalismo contemporáneo está basado en la exaltación del ego. El principal consumidor es el “yo” y hay que alimentarlo todos los días y a cada momento.

Esto explica las constantes publicaciones en redes sociales en las que el consumidor muestra los lugares que están visitando, la ropa que está portando, la música que está escuchando, la película que está viendo, el carro que ha comprado, la cerveza que está tomando.

Se fomenta el individualismo a ultranza. Dentro de un entorno en el que el internet masificó una homogeneidad cultural comercial, el individuo busca destacar sobre los demás en base al consumo.

La aparición del internet abrió todo un universo de información casi sin límites, con lo que un consumidor tiene acceso a todo tipo de música, videos y textos de todo tipo. El bombardeo de contenido por medio de aplicaciones tecnológicas es tan extremo que se vuelve efímero y la facilidad en la que un consumidor se puede convertir en viral en una red social los convierte en protagonistas aunque sea por poco tiempo.

El individuo es objeto de un bombardeo mediático por medio de las aplicaciones tecnológicas que lo convierte en un consumidor a cualquier hora del día, en cualquier parte del mundo y en cualquier circunstancia de su vida, por lo que se vuelve un objeto determinado por las reglas del mercado. De esta manera, el principal triunfo del capital es hacer creer al individuo que las decisiones que toma son por voluntad propia.

¿Qué alternativa tiene entonces el individuo frente a esta lógica de mercado totalizadora? Parece una pregunta complicada pues como condición primordial tendría que liberarse de la dependencia al aparato comunicador que es el teléfono inteligente, en tanto que la tendencia apunta al uso de estos aparatos desde antes de que el individuo comienza si quiera a pronunciar sus primeras palabras. Abrumadora realidad que convierte al ser humano en consumidor desde antes de comenzar a razonar.